El poeta nicaragüense William González recibió el Galardón Hiperión por su obra “Inmigrantes de segunda”, en el marco de la celebración del Festival Centroamérica Cuenta España que se desarrolla en la Casa América, Madrid.
González es el segundo latinoamericano en obtener el premio en 37 años.
“Por motivos de la vida tuve que dejar mi país, Nicaragua. Desde entonces, está dentro de mí. Resguardado en los versos de Cardenal, Claribel, José Coronel Urtecho, Deysi Zamora, Alfonso Cortez y tantos poetas que me acompañaron en mi soledad de niño inmigrante. Madrid me acogió con sus brazos abiertos”, recordó el poeta cuando ofrecía su discurso ante la audiencia.
William dedicó su premio a su madre, una de sus principales inspiraciones para la consagración de su obra, quien es inmigrante trabajadora del hogar, como lo menciona él mismo y le dice “mujer de corazón de goma como ella se define, pues a pesar que la vida le haya puesto miles de obstáculos ha sabido sacar a sus tres hijos adelante limpiando casas de lunes a lunes”.
Pero también dedicó su obra a su país de origen, “no puedo olvidar a mi patria madre sometida a una dictadura. Un país donde la censura está al orden del día”, denunció. Al tiempo que ha indicado que su “compromiso con la situación de Nicaragua, es y será siempre literario, porque creo en la palabra y creo en su fuerza. Porque creo que en el sentido crítico que no está sujeto a la manipulación ni el aprovechamiento de terceros”.
Una breve reseña
Enrique Ojeda, director general de Casa América, hizo una pequeña reseña que aborda el trato y la métrica con la que el joven poeta aborda el asunto estructural de la migración a través de una lírica atenuante y galopante, pero con aliento de esperanza y de fervor social, que demanda el reconocimiento del ser migrante.
🎙️William González Guevara: “Para mí, ese es el mayor premio. Que me lean chicos crecidos en lugares donde no llegan libros, donde la literatura se ve como algo elitista de señores sabios”.
— Centroamérica Cuenta (@cacuenta) September 20, 2023
“La entrega del premio Hiperión de poesía al joven poeta nicaragüense residente en España, William González Guevara, por su hermoso y emotivo poemario, Inmigrantes de segunda homenaje a los migrantes, en particular a las mujeres (…) Enhorabuena por dar voz a todos aquellos que forman parte de la vida cotidiana de todos nosotros a los que no siempre vemos”.
Ojeda manifestó que le impactó la lectura de los poemas, por la energía y entereza admirable con la que el joven poeta construye y perfila la pluma en este género literario.
“Estos poemas que interpelan al inmigrante, pero que en realidad, nos interpelan a todos. Apelan a esas personas itinerantes. Esos poemas a caramanchel con sus 80 casas de apuestas y sus tres bibliotecas, y este recorrido brutalmente desnudo. Al mismo tiempo tan humano y citó al poeta ‘A esos huesos desgastados de mi madre’, creo que es un poema que recuerda, que recorre los huesos desgastados de todas nuestras madres”, aseveró Ojeda.
Selección del Galardón de Hiperión
El director de Hiperión, Jesús Munárriz, destacó que no podía haber un escenario perfecto para entregar el galardón, que en la Casa América y en el Festival Centroamérica Cuenta , al tiempo que recordó que después de 38 años de premio Hiperión, sólo dos latinoamericanos los que lo han ganado, y que tienen su mérito.
Respecto al concurso de selección de la obra que le permitió al joven nicaragüense quedarse con el reconocimiento, destaca que “su libro era totalmente distinto de los otros, que eran españoles todos y que eran unos libros muy literarios, muy poéticos, pero que apenas se atrevían a hablar de la realidad. Nos llamó mucho la atención la aguda visión y la valentía que William demostraba en el libro, tratando de los problemas muy de verdad. Con mucha conciencia de lo que estaba transformando en poesía, porque una cosas son los problemas y luego transformarlo en poesía es algo muy difícil”.
Munárriz, reconoció que el joven hace un juego y un cruce magistral en la construcción de su obra, lo que permite apreciarla de una forma distinta y especial, porque hace un trabajo que se sustenta “uniendo magníficamente su país de origen y su país de vida, el país en el que vive que es España, pero no olvidando en ningún momento esa relación”.
Dedicó el premio a Centroamérica y Nicaragua
El poeta nicaragüense galardonado con el premio Hiperión de España, William González, es del barrio San Luis Sur de la capital nicaragüense, pero actualmente vive en Madrid, España, país que ha sido su segunda casa y que le ha permitido crecer, aunque recuerda los años difíciles de la migración, aunque lo muestra con sutileza y gallardía, por lo que ha representado en su camino, el que la ha permitido coexistir en las líneas grises junto a su madre, que ha tallado con precisión el camino mostrado a su hijo, como una arquitecta, que talla sus dibujos con paciencia, precisión y dignidad.
Recuerda que siendo un adolescente, apreciaba con determinación a la gente humilde, pero de manera especial a las señoras que se levantaban. Desde las 5 de la madrugada a realizar sus faenas diarias, quienes desde esa hora, “ya están con las escobas en las puertas de sus casas, barriendo, o preparándose para ir a comprar un nacatamal recién hecho los fines de semana”.
Recuerda con precisión, los vendedores ambulantes que le ponen un toque especial a los amaneceres de los barrios de la capital nicaragüense, y lo recuerda como “un barrio donde las banda sonora de fondo a primeras horas de la mañana, la ponen mujeres trabajadoras, vendedoras ambulantes que venden tortillas, cosa de horno, triste, pinolillo. Auténticos manjares para cualquier nicaragüense promedio”.
El joven, juega con unos elementos metafóricos, que ponen en evidencia la esperanza y la fortaleza de los nicaragüenses para salir adelante en medio de las adversidades, y afirma que él, es de “un barrio donde las gallinas sueñan con ser Águilas y los jóvenes como hice yo hasta los 11 años, desfilan relucientes por las calles con su camisa blanca y su pantalón azul. Sus zapatos negros marca Rhino, rumbo al colegio más cercano en busca del pan más valioso; la enseñanza, la cultura, la sabiduría”. Con ello demuestra, la perseverancia, la humildad y los colores que visten los estudiantes de la educación primaria y secundaria, quienes a diario salen uniformados a obtener el pan de la sabiduría hasta lograr sus objetivos.
El poeta galardonado, recuerda su guarida en Madrid, “Carabanchel, mi barrio obrero, querido, humilde y solidario me abrazó de mi actitud reacia y cierto rechazo por mi sentir nostálgico managuense. Un resguardo en el pecho que aún resguardo, porque sí, ¡no volvemos a ser los mismos desde que dejamos a nuestra patria madre! Y digo patria madre, porque hoy en día, me siento nicaragüense y español a partes iguales, nicaragüense y español de literatura. De sus tradiciones y de su riqueza lingüística”.
En alusión a la dictadura
El poeta advierte que en estos momentos, “atravesamos tiempos bruscos, donde vocablos tan simples como migrantes, puede causar estragos, problemas, dependiendo de quien los pronuncie. Habitamos un cosmos donde la palabra patria puede resultar peligrosa o dañina, dulce o agridulce”, tal y como la dictadura nicaragüense criminaliza y condena a quienes utilizan esta palabra fuera de los estándares que han establecido estipulado.
Ahora hablamos de la migración centroamericana: tendencias y opciones frente al contexto regional con @luisguillermosr, Laura Oroz Ulibarri, @manuelorozco65 y @cindyregidor.
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Sobre el libro de poesía
“Pude escribir inmigrantes de segunda, gracias a unas anticipaciones de Calvino, donde afirmaba que las cosas que la literatura puede buscar y enseñar, son pocas, pero recalcando que no podían ser sustituidas”
En este sentido, el poeta, consciente de los desafíos y vicisitudes que vive la sociedad y en particular las mujeres migrantes en el país europeo. “Este libro es un homenaje a ellas, a las empleadas del hogar latinoamericanas, como mi madre que la mayoría de las ocasiones han visto limitados sus derechos, que llevan años y años sufriendo en silencio, siendo las invisibles del sector laboral”.
“Me gustaría dedicar este premio a Centroamérica. Esa porción geográfica olvidada… También este premio es de Nicaragua, de Gioconda Belli, Sergio Ramirez, Claudia Neira, por su lucha constante por la literatura centroamericana”, dijo.