Los planes de construcción de una cárcel de máxima seguridad en las Islas del Cisne, en el Caribe de Honduras, pasaron de la discusión medioambiental a los ataques políticos, mientras el gobierno de Xiomara Castro trata de convencer de que la medida es una de las piezas para armar el complejo rompecabezas de la seguridad pública en esta nación, la más violenta de Centroamérica.
El asesor de comunicaciones del gobierno, Gilberto Ríos, aseguró que el apartado lugar no tiene estatus de área protegida, por lo que el proyecto no atenta contra el ambiente. Sin embargo esto ha desatado críticas de parte de la oposición.
“Ni fumándonos 100 puros de marihuana per cápita cada hondureño nos van a convencer que es viable ese proyecto”, respondió la diputada Suyapa Figueroa, del Partido Salvador de Honduras.
El especialista en cambio climático,
César Quintanilla, dijo que construir una prisión en un santuario natural que debe ser protegido es el equivalente a un “ecocidio”.
El diputado del Partido Nacional, Tomás Zambrano, calificó como un capricho la insistencia gubernamental con la prisión.
cataloga como un “capricho” del actual gobierno la construcción de una cárcel en Islas del Cisne.
“Dónde están los ambientalistas de Libre que se rasgaban las vestiduras… no los he escuchado luchar y alzar la voz por esta isla”, dijo.
🔵 #TN5| MP debe actuar de oficio tras otorgamiento de licencia ambiental para cárcel en Islas del Cisne, según ex fiscal.
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— TN5 (@TN5Telenoticias) July 10, 2024
“Cuál es el capricho que hay bajo la mesa, qué es lo que quieren esconder”, agregó.
Por su parte, el diputado del Partido Libre, Yury Sabas, calificó de “una locura” el proyecto.
“Si en tierra firme, en áreas urbanas no pueden controlar un centro penitenciario, imagínese en una isla que hay que acceder a él en lanchas, helicóptero, ¿cómo van a tener el control?”, dijo.
El ministro de Recursos Naturales y Ambiente (Serna), Lucky Medina, anunció la aprobación de la licencia ambiental para el proyecto, a pesar de que el área está por ley protegida.