Entre ramos y procesiones centroamericanos marcan el inicio de Semana Santa

Reviviendo el momento de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, los católicos participan de las actividades del Domingo de Ramos, que marca el inicio de la temporada más importante para los católicos: la pasión, muerte y resurrección de Dios Hijo hombre.

Los centroamericanos comenzaron a vivir la temporada más importante para los católicos, la Semana Santa, con mucho fervor y entrega participando de la procesión del Domingo de Ramos, que recuerda la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén.

Desde Guatemala a Panamá y en medio de una ola de calor que está marcando temperaturas récord, los creyentes desafiaron el intenso sol veraniego para participar de grandes y pequeñas procesiones en las capitales, ciudades del interior de los países y pequeños poblados.

En la capital del país de la eterna primavera, donde la Semana Santa es un patrimonio de la humanidad declarado por la Unesco, el fervor cobra dimensiones distintas al resto de la región, por la gran cantidad de asistentes a los eventos religiosos de la temporada.

En la colonial ciudad de Antigua Guatemala, a 38 kilómetros de la capital, la procesión comienza en la mañana y concluye hasta la noche. Entre cánticos, música sacra y la devoción propia de los chapines, el evento, como todos los de la temporada, es un verdadero espectáculo que atrae a millares de personas.

En Honduras, las procesiones marcaron la jornada religiosa de este domingo, mientras en la víspera los jóvenes abogaron por la paz en el país más violento de Centroamérica, con peregrinaciones en Tegucigalpa que llegaron a Santa Lucía, a unos 10 kilómetros.

En San Salvador, el recuperado y renovado Centro Histórico de San Salvador fue escenario para la actividad más grande del país. Recorriendo calles que hasta hace poco estaban atestadas de ventas informales, los creyentes caminaron hasta llegar a la catedral y El Calvario.

Nicaragua fue la excepción en la región, porque la dictadura ha restringido las actividades religiosas, como parte de su campaña de desgaste a la Iglesia Católica.

En Costa Rica y Panamá también se realizó la bendición de los ramos (los mismos que se recolectan al final y son quemados y sus cenizas son usadas para imponer la cruz en la frente de los creyentes en la próxima Cuaresma).

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