Las horas pasan y a medida avanza el tiempo se siguen conociendo las historias de los presos políticos de la dictadura nicaragüense que fueron liberados el jueves anterior y que ahora, aunque desterrados, están fuera de las cárceles donde los mantuvieron, como ellos mismos dicen, en condiciones inhumanas.
Ayer, dos de los desterrados, Juan Sebastian Chamorro, y Féliz Maradiaga, junto a sus esposas Vicky Cárdenas y Berta Valle, respectivamente, hablaron en una transmisión en YouTube organizada por el abogado Jared Genser, quien les dio apoyo legal en su lucha por salir del infierno que vivieron los últimos meses.
“Lo logramos, logramos la liberación de 222 presos políticos, aún nos faltan más”, dijo visiblemente emocionada Cárdenas, al referirse al caso de su esposo Juan Sebastián, un economista y político que permaneció preso un año con 8 meses y un día.
“Es un gran logro, es un día de alegría para quienes creen en los derechos humanos, en la democracia, la libertad y la paz”, agregó.
Por su parte, el desterrado Félix Maradiaga, un académico que también pasó 20 meses detenido “por expresar sus ideas” y sin cometer delito alguno, dijo sentirse profundamente conmovido por lo que está ocurriendo.
“Me conmueve saber que aunque estábamos en un lugar en total desconexión del mundo, en una condición inhumana… siempre hubo una luz, la luz de la fe”, agregó.
Él tuvo la suerte el jueves de reunirse con su familia después de vivir en condiciones deplorables, como dijo, a las que no se somete ni a una mascota.
“Quiero agradecerle a los medios de comunicación que levantaron una voz para que la situación de Nicaragua se conociera… incluso por los presos políticos anónimos”, añadió. Se refería a aquellos que fueron sometidos por la dictadura Ortega-Murillo y que no son tan conocidos públicamente, como es el caso de él y Juan Sebastián Chamorro.
“Es la historia de un pueblo que se llama Nicaragua, un pueblo que añora tener elecciones libres, hablar sin ser encarcelado… donde los sacerdotes no sean encarcelados por una homilía”, dijo.
Insistió en estar agradecido con la vida por el momento que está pasando, porque los derechos humanos dejan de ser una lucha abstracta para volverse una lucha real en su defensa.
El jueves, el dictador Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, liberaron a 222 presos políticos y les retiraron su ciudadanía nicaragüense y los tildaron de “terroristas”. Estados Unidos les dio acogida a todos.