La nicaragüense Sandy Somarriba nunca imaginó que llegaría a sus 73 años y recorrería miles de kilómetros, hasta otro continente, para terminar no sólo estafada sino con el corazón despedazado. Y todo por un Luis Miguel falso.
La traductora para migrantes se enamoró en línea de quien creyó era el ídolo de la música, El Sol de México, el popular cantante.
Su pesadilla de amor comenzó con un mensaje en Facebook del tal Luis Miguel. Chateó con ella, le escribió de amor, de una vida juntos, de escuchar sus canciones abrazados, de que le cantaría solo a ella y hasta que se casarían. Y lo harían en España. ¡Ah! y también de dinero, que requería plata para solventar algunos inconvenientes. Y, claro, cuando hay amor se comparte, por eso ella le dio miles de dólares de sus ahorros. Unos 10,000 según sus cálculos. Aunque como ella misma le dijo a La Voz de Galicia, pudo haber sido más.
Sandy, admiradora del más exitoso cantante latino, cargada de vergüenza contó cómo fue que se enamoró y cayó en la trampa.
El dinero comenzó a perderlo cuando el estafador le pidió que comprara una tarjeta de fan. Ella lo hizo. Pagó $500 por ella.
Después llegaron más mensajes de amor y peticiones de dinero. La nicaragüense se convenció que en el otoño de su vida tendría lo que tanto soñó, a un ídolo para ella.
“Me escribió cosas que me llegaban al corazón”, dijo. “Todo el mundo tiene el deseo de que lo amen… tonterías he cometido a miles. La gente no puede comprender cómo caí en esto. Yo lo veía venir pero no quería escuchar”, reconoció.
Y así, entre engaños y palabras de amor, decidió viajar a España para encontrarse con su amado y casarse.
“¿Tú estarías dispuesta a venirte a España para estar conmigo?”, le preguntó. Ella respondió “¡sí!”.
Él la endulzó diciéndole que tenía todo listo para su boda.
Tomó un vuelo y al llegar a Barajas, Madrid, su Luis Miguel no estaba.
“Ahí es cuando el mundo se me vino a los pies”.
Sin dinero, varada en Madrid y desilusionada, Sandy, ciudadana estadounidense residiendo en Las Vegas, denunció su caso ante la Policía Nacional y un amigo le ayudó a retornar a casa.
“Yo no tengo más dinero. Todo se lo di. Pero lo que más me duele es mi corazón destrozado, hecho trizas”, confesó.
El falso Luis Miguel la sigue contactando y ella le responde.
“Yo le sigo la corriente y le digo que ya no soy una mujer confiada, que ver para creer”, agregó a La Voz.