El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, expresó su preocupación por los posibles efectos económicos negativos de las deportaciones masivas pactadas con Estados Unidos.
En el contexto de la crisis migratoria, Arévalo destacó en una entrevista con la agencia noticiosa EFE que su gobierno busca evitar que el retorno masivo de migrantes agrave aún más la ya vulnerable economía guatemalteca.
Según Arévalo, es crucial generar “fuentes de trabajo y oportunidades” para los deportados, para evitar que la crisis migratoria se vea exacerbada por el deterioro económico del país.
“Si el efecto va a ser ese, en vez de solucionar el problema de la migración, lo vamos a exacerbar”, indicó el mandatario, resaltando que el gobierno guatemalteco está trabajando en conjunto con el sector privado para facilitar la reintegración de los migrantes deportados.
El presidente también hizo referencia al acuerdo firmado recientemente con Estados Unidos, el cual permitirá un aumento del 40 % en los vuelos de migrantes en situación irregular, tanto guatemaltecos como de otras nacionalidades.

Según Arévalo, los migrantes no guatemaltecos serán devueltos a sus países de origen a expensas del gobierno estadounidense. El presidente aclaró que este acuerdo, que se suscribió en febrero con la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, es un acuerdo bilateral y no una imposición. “Somos una escala en un proceso de repatriación”, puntualizó.
Arévalo aprovechó la oportunidad para destacar el impacto de la migración en Guatemala, explicando que la gente no migra porque lo desee, sino porque se ve obligada por la falta de oportunidades. Guatemala, el país más poblado de Centroamérica, enfrenta altos niveles de pobreza, con un 60% de su población viviendo en condiciones precarias y dependiendo de las remesas enviadas desde el extranjero, que representaron en 2024 un 20% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
El mandatario también reconoció las preocupaciones de la población guatemalteca sobre la posible pérdida de remesas debido al retorno de migrantes. Sin embargo, afirmó que su gobierno está trabajando en estrategias para facilitar la reintegración de los deportados, especialmente en sectores como el turismo, que experimentó un crecimiento del 13,7% en el último año y que necesita personal capacitado, incluyendo aquellos con experiencia en el sector hostelero.
Además de su enfoque en la migración y la economía, Arévalo destacó su lucha contra la corrupción como una de las principales prioridades de su gobierno. Enfrentando ataques judiciales liderados por la fiscal general Consuelo Porras, quien ha sido acusada de socavar la democracia en Guatemala, el presidente ha mantenido su firme postura de lucha contra la corrupción y la impunidad. A pesar de los desafíos, Arévalo aseguró que terminará su mandato sin dudas y que buscará remover a Porras del cargo.
En su primer año de mandato, Arévalo ha creado la Comisión Nacional contra la Corrupción y ha presentado más de 250 denuncias por actos de corrupción. Aunque reconoce que aún queda mucho por hacer, destacó que la población ahora percibe que la lucha contra la corrupción se está llevando a cabo desde el Ejecutivo y no promovida desde él.
Arévalo también tuvo la oportunidad de reunirse con el expresidente uruguayo José Mujica durante su visita a Montevideo, quien, según el presidente guatemalteco, es un ejemplo de cómo la ética y la política pueden reconciliarse cuando existe voluntad y entrega.
Con un enfoque en la reintegración laboral, el combate a la corrupción y la mejora de las condiciones económicas, el presidente Arévalo continúa trabajando en los retos que enfrenta Guatemala, en un contexto de creciente presión por la crisis migratoria y la lucha contra la corrupción interna.