El mercado chino, el espejismo que ahoga a Centroamérica

La invasión de productos chinos es notable en toda la región.

Cada gobierno centroamericano que ha anunciado el establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular China habla de las promesas del “gran mercado” de ese país. Pero los resultados demuestran que se trata de “cuentos chinos”. La revisión de estadísticas de varios países centroamericanos muestra que sus exportaciones a China no crecen y lo lo único que aumenta es la compra de productos chinos.

Le ha pasado a Costa Rica, El Salvador y Nicaragua, tres de los nuevos “aliados” de China y seguramente le pasará a Honduras que ya ha perdido los contratos de exportación de sus productos a Taiwán.

Según una suma de estadísticas oficiales centroamericanas, China vendió a cinco países centroamericanos (Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala) productos por cerca de $12,500 millones de dólares en el 2022. Mientras que China solamente compró unos $747 millones a esos cinco países. Es decir, por cada dólar que China compra de productos centroamericanos, nos venden casi $17.

Costa Rica vio reducida sus exportaciones a China en 15 años.

El caso costarricense

El caso más emblemático es Costa Rica, ya que fue el primer país centroamericano en establecer relaciones con China en 2007 y romper los históricos nexos con Taiwán. Desde entonces, su comercio ha pasado de un balance favorable a ser ahogados por un comercio diez veces mayor de los chinos.

En el año 2006, el año anterior a las relaciones diplomáticas con la República Popular China, Costa Rica mantuvo una relación comercial limitada, pero equilibrada, con ese país, exportando 558 millones de dólares en productos e importando 554 millones de dólares.

Un año después del reconocimiento (2008), las exportaciones de Costa Rica a China se dispararon hasta llegar a los 848 millones de dólares.

Exportaciones ticas en disminución

Sin embargo, desde entonces han ido en disminución, alcanzando un punto bajo de 200 millones de dólares en 2011, lo que refleja la incapacidad de los exportadores costarricenses de café, fruta y otros productos tradicionales para penetrar significativamente en dicho mercado.

En un intento por ampliar sus exportaciones, Costa Rica también negoció un acuerdo de libre comercio con China. El pacto se firmó en agosto de 2010 y entró en vigencia en 2011, acrecentando las exportaciones en 339 millones de dólares en 2014.

En este mismo año, Intel cerró su operación de fabricación de chips en Costa Rica, eliminando lo que fue la exportación de valor añadido más significativa del país y evidenciando lo poco que había logrado en desarrollar mercados para sus otros productos. En contraste, las importaciones del gigante de Asia se expandieron rápidamente en los años siguientes al reconocimiento, pasando de 554 millones de dólares, 24 en 2006, a 4,133 millones de dólares en 2022, un aumento de más de siete veces.

El cambio es tal que entre 2011 y 2019, la balanza comercial de Costa Rica con China, en porcentaje, presentaba un saldo desfavorable del 91,16%, según cifras del Ministerio de Comercio Exterior de Costa Rica (COMEX). En 2011 entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio con China.

Después de 15 años de relaciones comerciales, tras el reconocimiento diplomático de China, pasó de un comercio equilibrado a una importación diez veces mayor de productos chinos y, a la vez, una exportación inferior en comparación al 2007.

Como ejemplo, según cifras del Comex, en 2021 Costa Rica solo exportó $308 millones a China, mientras que importó $2,938 millones de productos del país asiático.

Costa Rica exportó en el mismo año $2321.5 millones a los países centroamericanos, es decir 7.5 veces más que a China.

Escasas inversiones

Además, a pesar de la reputación de Costa Rica como país favorable para los negocios, con buena gobernanza y seguridad jurídica, pocas empresas con sede en China realizaron inversiones.

Según las cifras de Comex, durante el periodo 2012-2021, la  Inversión Extranjera Directa proveniente de China experimentó un comportamiento fluctuante, el cual alcanzó un monto acumulado de $ 32 millones, es decir, 0,1% del total percibido por el país en este período.

En 2021, se registró una inversión de US$ 1 millón, que se orientó principalmente a los sectores: financiero (62,6%) e inmobiliario (37,4%).

Nicaragua, la misma historia

La dictadura de Daniel Ortega ha publicitado la relación con China como una gran oportunidad comercial. Pero las exportaciones nicaragüenses a China siguen reduciéndose. En un cuadro comparativo del Centro de Trámites de Exportaciones (Cetrex) del gobierno de Nicaragua, las ventas a China habían bajado un 9.7% en los primeros meses cuatro de este año, en comparación al mismo periodo del año anterior. Las exportaciones a China en los primeros cuatro meses del año fueron de poco más de 5 millones de dólares, una cifra de 157.000 dólares menos que en el mismo período del año pasado. 2022.

Para que nos demos una idea, Nicaragua ha exportado este año casi 134 veces más a Estados Unidos,  30 veces más a El Salvador y 15 veces más a Costa Rica que a la República Popular China.

Es más, el regimen de Managua parece muy claro que las cosas continuarán igual, según las proyecciones del Ministerio de Hacienda.

El año pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua anunció un “Acuerdo de Cosecha Temprana” que incluía la identificación de productos de exportación de Nicaragua y China para los que surgirían aranceles preferenciales en un acuerdo de libre comercio.

La invasión china en El Salvador

Desde que El Salvador estableció relaciones con China, ha sido el gigante asiático el gran beneficiario pues le ha vendido casi 38 veces más de lo que le ha comprado a El Salvador.

De 2019 a 2022, las importaciones chinas ascienden a $7,857 millones pero las exportaciones salvadoreñas a la nación asiática solo llegaron a $208,7 millones en ese periodo. Eso implica una diferencia de ingresos por más de $7,648  millones a favor de la economía china.

Tan solo en entre enero y septiembre de 2022, El Salvador importó desde China 2.000 millones de dólares en productos. Mientras que el país centroamericano apenas exportó cuatro millones de dólares al país asiático.

China solo compra el 0.67% de las exportaciones salvadoreñas el año pasado, a casi cinco años que El Salvador cortó relaciones con Taiwán para reconocer a Pekín. El Salvador solamente exportó a China apenas $47 millones en el 2022, pero le importó $2,646.5 millones, según cifras del Banco Central de Reserva. Las exportaciones a China tuvieron una contracción del 22.4 %,  en relación al año anterior. En contraste, las importaciones de productos chinos crecieron en el mismo período de $1,640 millones a $2,530 millones.

Para que dimensionemos la desigualdad, las exportaciones guatemaltecas a Taiwán son casi tres veces más que lo que China le compró a Nicaragua y El Salvador en el mismo periodo.

La dictadura de Ortega ha publicitado el comercio con China pero la realidad es absolutamente diferente.

¿Qué venderle a China?

Parte del problema es que la mayoría de productos que exporta Centroamérica no son del interés de China o los puede obtener más rápidamente o más barato en países más cercanos del Sudeste asiático.

“¿Qué produce Centroamérica que le interesa a la China, esa es la gran pregunta no?”, dice Eduardo Gamarra, profesor de relaciones internacionales y ciencias políticas de la Universidad Internacional de la Florida.

“Venderle textiles a la China no tiene mucho sentido, la China produce textiles”. Ahora, quizás productos primarios, pero el mayor interés de China en la región ha sido el tema energético”, explica Gamarra.

El problema es que ningún país centroamericano produce energía, hidrocarburos o minerales de interés para China.

Gamarra advierte que lo que China puede hacer es instalar fábricas en la región para aprovechar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

“Ese es otro temor que ellos utilizan Centroamérica , el tratado de libre comercio con Estados Unidos, ya lo están haciendo en México”, dice Gamarra.

El académico advierte que “el patrón general en la región” es la invasión de productos chinos  “porque China tiene una necesidad enorme de exportar su producción nacional”.

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