Sequía afecta navegación en el Canal de Panamá

La Autoridad del Canal de Panamá ha impuesto nuevas restricciones a la circulación de buques de gran calado debido a la grave sequía que afecta el país. Los buques más grandes tendrán que reducir los calados, transportando menos o reduciendo el peso de las cargas a partir del 24 de mayo, seguido de otra disminución, que se pone en marcha el 29 de mayo.

Un calado de 50 pies se considera normal. Durante las sequías de 2016 y 2019, el límite de reclutamiento cayó hasta 43 pies.

El canal, que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, ha estado luchando con la escasez de suministro de agua desde antes de una ampliación de 2016 que permitió el paso de buques mucho más grandes. Cuenta con un protocolo de tarifas de tránsito y restricciones de peso que entran en vigor cuando empeoran las condiciones de sequía.

Entre febrero y abril llovió menos del 50% de lo normal cerca del canal y los lagos que lo alimentan. Esa cantidad de lluvia empata con la de 2019, que registró el nivel más bajo en dos décadas, según Everstream Analytics. Y no hay señales de la temporada de lluvias que típicamente comienza antes del junio. 

Se prevé que los niveles de agua del lago Gatún, el mayor de los dos lagos que alimentan el canal, alcancen mínimos históricos en julio, lo que restringirá el calado de los barcos y la cantidad de carga que pueden transportar.

Es probable que las medidas resulten en retrasos y mayores costos para las mercancías enviadas a través del canal, que normalmente observa el 5 % del paso anual del comercio marítimo mundial a través de las esclusas.

Al menos cuatro navieras han anunciado límites de peso o han impuesto tarifas por contenedor de entre $300 y $500 a partir del 1 de junio en respuesta a las medidas del canal. Es probable que más navieras sigan su ejemplo a medida que aumenten las restricciones.

Finalmente, los buques de transporte de Gas Natural Licuado (GNL), que dependen en gran medida del canal, no se ven tan afectados por los cambios de calado porque tienen menos restricciones que los que movilizan mercancías industriales más pesadas. Pero los cuellos de botella son motivo de preocupación si se tiene en cuenta que la expansión de las exportaciones de GNL de Estados Unidos está prevista para los próximos cinco años.

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