Daniel Ortega llama “terroristas” a sacerdotes que ha desterrado

Tres obispos católicos y docenas de sacerdotes, religiosos y religiosas católicos han sido desterrados por la dictadura nicaragüense.

Los obispos Rolando Álvarez (izq.), y Silvio Báez, obligados al exilio por la dictadura de Daniel Ortega. Un tercer obispo, Isidoro Moro, también ha sido desterrado.

El dictador nicaragüense Daniel Ortega llamó “terroristas” a los obispos Silvio Báez y Rolando Álvarez, acusándolos de apoyar las protestas que se produjeron en el 2018. Los nuevos insultos del dictador se dieron durante el acto del 45 aniversario del ejército sandinista, realizado el 2 de septiembre.

Monseñor Álvarez, a quien el dictador solo identificó como “el de Matagalpa” fue desterrado de Nicaragua tras estar preso y ser condenado por delitos fabricados por el régimen.

Monseñor Báez salió del país por orden del Papa Francisco, pues tenían información de un atentado en su contra por parte de paramilitares de la dictadura de la familia Ortega-Murillo.

“Y había unos cuantos curitas ahí, el cura (Silvio) Báez y el otro (Monseñor Rolando Álvarez), el de Matagalpa, terroristas, terroristas, que cuando decíamos: Bueno, vamos a votar. ¿Quiénes están a favor de que se levanten los tranques? levantaban la mano los delegados que estaban con los trabajadores, que estaban con los transportistas, pequeños empresarios también que estaban perdiendo… ¿Y quiénes están a favor de que se mantengan los tranques? y levantaban la mano todos los bandidos esos que estaban con esos curas, y los curas levantando la mano también. No todos, pero sí Báez y el de Matagalpa, esos no faltaban ahí, levantando la mano”, dijo el dictador acusado de crímenes de lesa humanidad.

Daniel Ortega y Rosario Murillo, han sido señalados por diversas organizaciones de derechos humanos de ordenar la represión contra las protestas sociales de 2018, donde 355 nicaragüenses fueron asesinados por las fuerzas policiales, militares y paramilitares serviles a Ortega.

Además, hubo más de 4,000 heridos, miles de detenidos, secuestrados, torturados, desaparecidos, violaciones sexuales y ejecuciones por órdenes de Ortega y Murillo, atrincherados en el poder desde 2007 a costa de fraudes, violencia y represión.

El dictador Ortega también acusó a Estados Unidos de orquestar lo que ellos han llamado un intento fallido de golpe de Estado, asegurando que este país utilizó a las organizaciones no gubernamentales para “lanzarse contra el pueblo”,

Ortega ha cancelado a más de 5,000 organizaciones no gubernamentales en Nicaragua con el argumento de no haber cumplido con las disposiciones establecidas para su funcionamiento.

“No podemos olvidar el año 2018, porque ya Nicaragua era un país en paz, lográbamos cohabitar con acuerdos que se habían tomado entre los diferentes sectores económicos, sociales, empresariales, trabajadores…(fue) doloroso, fatídico, donde se juntaron todos los demonios y se lanzaron a asesinar, a quemar a quienes identificaban como sandinistas, a policías que iban para sus casas”, manipuló.
Informes autónomos documentaron que las fuerzas policiales, con apoyo del ejército, organizaron asaltos armados con armas de guerra y paramilitares para sofocar las manifestaciones.

Niños, adolescentes, mujeres, adultos mayores, estudiantes, campesinos, obreros, empresarios, periodistas, abogados y civiles de todo el país fueron asesinados por las fuerzas de seguridad del régimen, razón por la cual Naciones Unidas y OEA han emitido incontables informes y condenas contra la violencia estatal del régimen Ortega-Murillo.

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