Dictador Daniel Ortega presiona en Centroamérica para nombrar al espía Valdrack Jaentschke como secretario general del SICA

Ortega y su aliada, Xiomara Castro, busca consenso con los países de la región para imponer al candidato de la dictadura.

Valdrack Jaentschke, el candidato de la dictadura Ortega-Murillo para ocupar la Secretaría General del SICA.

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo están preparando una ofensiva política para presionar a los gobiernos de Centroamérica y así lograr el nombramiento del exagente de la Dirección General de la Seguridad del Estado, Valdrack Jaentschke, como secretario general del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), según información obtenida por Centroamérica 360 de fuentes diplomáticas en la región.

Fuentes de la diplomacia regional han alertado que, con el respaldo de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, Ortega estaría presionando a los países del istmo para que apoyen a su candidato, un conocido operador político sandinista, en la elección del nuevo secretario general del SICA.

Durante las últimas dos semanas, tanto Castro como la Cancillería nicaragüense han mantenido contactos para coordinar con los ministros de Relaciones Exteriores centroamericanos los pasos a seguir en el proceso de elección del SICA. La semana pasada, delegados de los países miembros realizaron entrevistas virtuales con los tres candidatos propuestos por Ortega: Valdrack Jaentschke, Iris Marina Montenegro Blandón y Violeta Irías Nelson, todos militantes radicales del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Costa Rica duda en apoyar al agente Valdrack Jaentschke.

De acuerdo con las fuentes diplomáticas, está programada una reunión extraordinaria el 28 de este mes para intentar llegar a un consenso y posteriormente presentar a los candidatos a los presidentes de Centroamérica para su decisión final.

Dos días antes de este informe, hubo una reunión virtual de las cancillerías centroamericanas, promovida por Honduras para agilizar el proceso; hasta el momento, solo Costa Rica y República Dominicana no se han sumado al consenso.

Fuentes extraoficiales indican que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Costa Rica ha expresado al presidente Rodrigo Chaves su desacuerdo en apoyar al exagente sandinista que además ha sido un “diplomático” de confianza de la dictadura.

En junio pasado, durante una gira de la presidenta Castro por Centroamérica, Chaves se comprometió a considerar la reactivación del SICA como un foro de integración económica, pero no aseguró su apoyo a ninguno de los candidatos propuestos en ese momento: Mel Zelaya y Valdrack Jaentschke.

El medio de comunicación centroamericano Expediente Público informó esta semana que el canciller hondureño, Enrique Reina, confirmó que la presidenta Castro está gestionando apoyo regional para el candidato de Ortega al SICA. Reina afirmó que su gobierno apoya el nombramiento de uno de los tres candidatos propuestos por Nicaragua para ocupar la Secretaría General del SICA.

Violeta Irías Nelson, Valdrack Ludwing Jaentschke Whitaker e Irís Marina Montenegro Blandón, las propuestas de Ortega al SICA.

Honduras quiere “consenso” en apoyo a dictadura sandinista

Enrique Reina explicó que el objetivo de Castro en las negociaciones con otros mandatarios es “destrabar” el órgano regional mediante la elección del nuevo secretario general de la terna presentada por el régimen Ortega-Murillo.

“Está buscando que todos los países estemos de acuerdo en relanzar el proceso para la elección de un nuevo secretario general (…) y que ya se defina sobre la terna que debe presentar Nicaragua”, declaró el canciller Reina a Expediente Público.

El nuevo secretario general reemplazaría al nicaragüense Werner Vargas, a quien la dictadura hizo renunciar al cargo el 15 de noviembre de 2023, aunque permanece en el puesto hasta que se elija a su sucesor. Vargas no ha podido salir de Nicaragua tras su renuncia y según fuentes políticas, está retenido por la dictadura.

Valdrack Jaentschke, el candidato que Ortega impulsa para el SICA, es conocido por ser un operador político del régimen y un antiguo agente de espionaje y represión.

En los años 80, cuando Nicaragua estaba en guerra, se desempeñó como oficial en la Dirección General de la Seguridad del Estado (DGSE) del Ministerio del Interior de Nicaragua, destacándose en el servicio de inteligencia.

Nicaragüenses exiliados en Costa Rica lo acusan de realizar labores de espionaje contra opositores del régimen y de conspirar para eliminar a las ONG y acabar con la sociedad civil.

Especialista advierte sobre posibles riesgos si Valdrack Jaentschke asume la dirección del SICA

El sociólogo nicaragüense Javier Meléndez, especialista en temas de defensa y seguridad y director del organismo de investigación Expediente Abierto, ha advertido sobre los riesgos potenciales que implicaría para Centroamérica la posible designación de Valdrack Jaentschke, ex agente de espionaje sandinista, como director general del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) por parte de la dictadura de Daniel Ortega.

Edificio del SICA en San Salvador, El Salvador.

En un análisis publicado en su cuenta de X (antes Twitter), Meléndez señaló que “la posibilidad de que la dictadura Ortega-Murillo, con claras alianzas pro-China, pro-Rusia, pro-Irán y pro-Venezuela, se apodere del SICA, plantea varios riesgos significativos para las instituciones democráticas de Centroamérica, la seguridad regional y de Estados Unidos”.

Impacto en las instituciones democráticas de la región

Meléndez subrayó que el gobierno de Ortega, conocido por su “historial de violaciones de derechos humanos y el debilitamiento sistemático de las instituciones democráticas en Nicaragua”, podría utilizar su influencia en el SICA para socavar los principios democráticos en la región. Esto podría manifestarse, según el sociólogo, en el uso de esta plataforma regional para promover o apoyar “tácticas autoritarias, como la manipulación de elecciones, la erosión de la independencia judicial o el ataque a la prensa libre”, impulsando a otros países, como Honduras, a imitar el modelo nicaragüense y el del “socialismo del siglo XXI”.

Restricciones a las libertades y alineamiento con potencias extranjeras

El especialista también destacó la posibilidad de que la dictadura de Ortega-Murillo busque “la normalización y expansión de políticas y prácticas que restrinjan la libertad de expresión, la libertad de asociación y la represión de la sociedad civil”, lo que podría crear un entorno menos favorable para la democracia en la región.

En su análisis, Meléndez alertó sobre el posible “alineamiento del SICA con potencias extranjeras como China, Rusia e Irán, que tienen intereses estratégicos en debilitar la influencia de Estados Unidos en la región”. Explicó que esto podría tener implicaciones prácticas, como un aumento de la “presencia militar y espionaje” en la región, recordando que Rusia ya ha establecido “una masiva presencia en Nicaragua” y podría expandir sus operaciones bajo la cobertura del SICA.

Intereses económicos y estratégicos en juego

Además, Meléndez apuntó que “China podría usar el liderazgo de esa dictadura en el SICA para expandir su influencia económica y tecnológica en la región”, mediante la oferta de financiamiento y otras oportunidades a cambio de lealtad política, lo que podría “debilitar las alianzas con Estados Unidos”.

Asimismo, el sociólogo mencionó que la dictadura de Ortega-Murillo podría facilitar “la entrada y operaciones de grupos o actores patrocinados por Irán y Venezuela”, conocidos por apoyar “actividades desestabilizadoras y de insurgencia en otras regiones”.

El nicaragüense Werner Vargas fue “renunciado” por la dictadura Ortega-Murillo. Vargas no ha podido salir de Nicaragua desde su renuncia.

Meléndez también sugirió que el SICA podría ser utilizado para “promover agendas alineadas con los intereses de potencias externas”, en detrimento de los intereses propios de la región y de sus relaciones históricas con Estados Unidos y Europa occidental. Este escenario podría llevar a los países occidentales a “reconsiderar su apoyo financiero y técnico a los programas del SICA”, afectando proyectos en áreas como el desarrollo económico, la seguridad y la gestión de desastres.

El análisis de Meléndez concluye señalando que “la posibilidad de que la dictadura Ortega-Murillo tome el control de la Secretaría General del SICA es una amenaza grave para la estabilidad democrática y la seguridad en Centroamérica, con implicaciones directas para la seguridad regional y los intereses estratégicos de USA”.

Finalmente, el especialista instó a la comunidad internacional, especialmente a países como “Costa Rica, El Salvador, Panamá, Guatemala y Belice”, a considerar estas amenazas y a responder de manera coordinada para “prevenir un mayor deterioro de la gobernabilidad democrática en Centroamérica”.

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