Lula Da Silva revela que el dictador Daniel Ortega rechazó sus llamadas para abogar por obispo encarcelado

El presidente brasileño cuestionó si la revolución sandinista fue “porque Ortega quería el poder o porque quería mejorar la vida de su pueblo”.

Lula da Silva

Bastó que el papa Francisco le pidiera al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, su mediación para lograr la libertad del obispo Rolando Álvarez, para que el dictador Daniel Ortega cortara toda comunicación con el líder brasileño.

El mandatario brasileño reveló en entrevista televisiva que el dictador nicaragüense, Daniel Ortega, no le atiende el teléfono desde que el papa Francisco le pidió en junio de 2023 que intercediera por el obispo Álvarez, a quien la dictadura sandinista secuestró en 2022 y condenó a 26 años de cárcel por “traición a la patria”.

“Conversé con el papa y él me pidió que hablara con Ortega sobre un obispo que estaba preso”, declaró Lula en una entrevista con corresponsales extranjeros.

“Lo concreto es que Ortega no me atendió el teléfono y no quiso hablar conmigo. Entonces, nunca más hablé con él”, agregó el líder brasileño, uno de los más respetado en América Latina.

Lula lamentó que eso ocurra con “un tipo que hizo una revolución como la que Ortega hizo para derrotar a (Anastasio) Somoza” y cuestionó si esa revolución fue “porque quería el poder o porque quería mejorar la vida de su pueblo”.

El presidente brasileño se mostró favorable a que en todo país “haya una alternancia en el poder”, porque es “lo más sano” para una democracia.

Según Lula, “cuando un dirigente se convence de que es imprescindible o insustituible, ahí es cuando comienza a nacer el espíritu del dictador”.

Finalmente, Álvarez fue desterrado este año a Roma junto a 18 sacerdotes que también habían sido secuestrados por la policía de la dictadura.

Para la fecha en que Lula habló con el papa, el líder católico ya había calificado al dictador nicaragüense como “desequilibrado” y a su régimen como una “dictadura grosera”, con lo peor del comunismo y el fascismo.

“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Daniel Ortega). Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”, aseveró Francisco al portal argentino Infobae desde su residencia de Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano, con motivo del décimo aniversario de su papado.

El Obispo de Matagalpa, Nicaragua, Rolando Álvarez, fue preso político de la dictadura Ortega-Murillo.

El obispo nicaragüense Rolando Álvarez, muy crítico con la dictadura de Ortega, fue condenado el 10 de febrero a 26 años y 4 de meses de prisión tras ser declarado culpable por delitos considerados “traición a la patria”, en medio de la crisis que vive el país centroamericano.

Monseñor Álvarez rechazó en febrero de ese año subirse al avión que lo llevaría, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, opositores, hacia Estados Unidos, lo que provocó la furia del dictador Daniel Ortega, que lo tachó de “soberbio”, “desquiciado” y “energúmeno”.

“Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas… Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas”, afirmó la máxima autoridad de la Iglesia católica.

Antes, el 21 de febrero el dictador nicaragüense calificó de “mafia” a la Iglesia y la acusó de ser antidemocrática por no permitir que los católicos elijan por voto directo al papa, a los cardenales, a los obispos y a los sacerdotes.

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