El presidente de Chile, Gabriel Boric, volvió a arremeter contra la dictadura de Nicaragua y llamó a los asistentes a la Cumbre Iberoamericana en Santo Domingo, a no callar ante los abusos que comete el régimen contra los ciudadanos del país centroamericano.
Boric cuestionó fuertemente en relación al destierro y retiro de nacionalidad de más de 300 opositores del gobierno de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
“Por eso, estimados colegas no es aceptable de parte nuestra callar ante la dictadura familiar de Ortega y Murillo en Nicaragua que acaba de privar de su libertad a 94 opositores y deportar a más de 200 presos políticos. Lo hemos dicho antes, pero pareciera no saber Ortega que la patria se lleva en el alma y en la sangre, y no se quita por decreto, eso bien lo saben Gioconda Belli, Sergio Ramírez o Dora María Tellez, entre tantos otros”, dijo.
El presidente Boric, hizo la denuncia en el pleno de la Cumbre, haciendo alusión a que el pueblo chileno recuerda una de las dictaduras más duras que ha tenido el continente americano, la de Augusto Pinochet, que gobernó el país desde 1973 a 1990, tras dar un golpe de estado a Salvador Allende.
En su discurso reconoció la diversidad de planteamientos políticos que guardan los diferentes países de la región, “pero compartimos a la vez valores comunes y uno de los principales valores comunes que compartimos con la gran mayoría de los aquí presente es que fuera de la democracia, no hay libertad ni dignidad posible. Y esto lo sabemos muy bien en Chile, en un año en el que como saben conmemoramos 50 años del Golpe de Estado que derrocó al gobierno democrático y constitucional del presidente Salvador Allende e instauró un régimen de terror, de muerte, de exilio de pobreza”.
En febrero pasado, tras el destierro de los expresos políticos nicaragüenses, Boric fue solidario y ofreció la nacionalidad a los apátridas.
Paraguay también denuncia al régimen
El presidente de Paraguay, Mario Abdo, aprovechó la Cumbre Iberoamericana para denunciar al gobierno dictatorial de Nicaragua y se refirió de igual manera a los deportados y despatriados.
“Estoy seguro que muchos de ellos son más nicaragüenses que muchos de los que están tomando decisiones (en Nicaragua)”, dijo.
Recordó además que los opositores que han sido afectados sufren de las confiscaciones de sus bienes, como el escritor nicaragüense, Sergio Ramírez, quien aceptó la ciudadanía ecuatoriana.
Canciller de dictadura respondió
El canciller de Nicaragua, Denis Moncada, justificó las actuaciones del régimen nicaragüense y dijo que los países que han condenado los atropellos de Ortega-Murillo “constantemente sobreponen sus intereses hegemónicos por encima de las prioridades de la comunidad humana fomentando guerras, bloqueos, sanciones y campañas difamatorias contrarias al derecho internacional”.
“Rechazamos también la imposición de medidas legales, coercitivas y unilaterales impuestas contra Venezuela y Nicaragua”, dijo en un discurso propio de la retórica antiimperialista que maneja Ortega y que sus funcionarios defienden.
“Es fundamental garantizar el derecho efectivo de los pueblos originarios indígenas y afrodescendientes”, dijo en otra parte de su manifiesto, cuando en Nicaragua no hay un plan que garantice el ejercicio de los derechos de esas comunidades.