Esposa de expresidente hondureño envía carta a embajadora de EEUU para decir que es inocente

Ana García sigue defendiendo sin tregua a su marido, el sentenciado a 45 años de prisión por narcotráfico Juan Orlando Hernández. Y Mel Zelaya insiste en que su caso es una vergüenza para Honduras.

Mientras Manuel Mel Zelaya, el depuesto presidente de Honduras, dijo que la condena de Juan Orlando Hernández por narcotráfico es una vergüenza para todo el país, la esposa del condenado envió una carta a la embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa, Laura Dogu, en la que entre emociones vuelve a insistir en su discurso: que el hombre sentenciado a 45 años de prisión por mover unas 400 toneladas de cocaína es inocente.

Ana García compartió este jueves la misiva a la diplomática: “mi esposo, Juan Orlando Hernández, ha sido un socio aliado del Gobierno de los Estados Unidos de América, demostrando en gestión como presidente del Congreso Nacional y presidente de la República, su firme compromiso por combatir el tráfico de drogas y la criminalidad organizada transnacional”.

“Señora embajadora, quienes hicieron sufrir a su pueblo fueron los narcotraficantes, las estructuras criminales de los Valle Valle, los Cachiros, los Ardon, Carlos Lobo entre otros narcotraficantes confesos y asesinos, a los que la justicia estadounidense premiará con la libertad por colaborar.

Estos mismos narcotraficantes también hicieron sufrir al pueblo hondureño con el derrame de sangre”, agregó. 

La carta fue en respuesta a las declaraciones de Dogu en la víspera, cuando dijo que “los que más sufren son los pueblos, no podemos olvidar que el pueblo de los Estados Unidos también ha sufrido por las acciones de Juan Orlando, por la llegada de tantas drogas”. Esas palabras las dijo después que se conociera la decisión del juez Kevin Castel de sentenciar a 45 años de cárcel a JOH”.

Mel Zelaya, por su parte, ante su público, los asistentes de la reunión del Foro de Sao Paulo en Tegucigalpa, sostuvo que “habían dicho una pena y le dieron una menor, pero siempre lo condenaro por narcotráfico a 45 años, no sé que pasó con la interfase, el mismo Departamento de Estado había anunciado que era el terrorista más grande del mundo y que al fin lo habían capturado”.

El caso del narcopresidente sigue dividiendo a una Honduras que ya estaba lo suficientemente polarizada en lo político.

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