Aparecen en público 12 sacerdotes desterrados por la dictadura de Nicaragua

En un video compartido en redes sociales se mira a los sacerdotes nicaragüenses que fueron expulsados por el régimen, por considerarlos “amenaza al estado”.

La reciente difusión en TikTok de imágenes de los 12 sacerdotes nicaragüenses desterrados a la Santa Sede, celebrando una eucaristía en una basílica de Roma, marca la primera vez que estos clérigos son vistos públicamente desde su expulsión de Nicaragua por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en octubre.

El gobierno de Nicaragua, tras negociaciones con el Vaticano, anunció aquella vez el destierro de estos sacerdotes, quienes antes estuvieron detenidos arbitrariamente en cárceles del régimen. 

El comunicado oficial de Managua describió el acuerdo como un esfuerzo para “asegurar y defender la paz” en Nicaragua, aunque no especificó las razones exactas de la detención y posterior destierro de los clérigos.

Hasta ahora, ni la Santa Sede ni la Conferencia Episcopal de Nicaragua han emitido declaraciones sobre las futuras asignaciones pastorales de los sacerdotes desterrados.

Esta situación deja en el aire el destino y las responsabilidades futuras de estos religiosos en el exilio, a criterio del periodista nicaragüense, exiliado y especializado en religión, Israel González.

Este suceso se enmarca en un contexto de tensión creciente entre el régimen nicaragüense y la Iglesia Católica.

Desde 2018, la administración de Ortega ha sido acusada de cometer crímenes de lesa humanidad, incluyendo asesinatos, torturas, desapariciones y encarcelamientos de miles de críticos, así como la clausura de ONG, medios de comunicación, universidades y organizaciones religiosas.

Ortega ha criticado duramente a la Iglesia Católica, calificándola de “dictadura perfecta” y acusando a algunos de sus obispos de intentar un golpe de Estado durante las protestas de 2018, que resultaron en más de 300 muertes. 

Dentro de este escenario, destaca la figura del obispo Rolando Álvarez, quien según reportes se negó a ser desterrado junto a los 12 sacerdotes y actualmente cumple una condena de 26 años de prisión por “traición a la patria”, que es el delito arbitrario con el cual la dictadura condena a quienes critican a la pareja de ancianos dictadores, Daniel Ortega y Rosario Murillo.

El caso de los sacerdotes desterrados ilustra la compleja relación entre el Estado y la Iglesia en Nicaragua, un país que enfrenta un panorama político y social cada vez más convulso y polarizado.

 

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