La reciente aparición de Laureano Ortega Saavedra, hijo de los actuales gobernantes de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, en un acto público de entrega de 250 autobuses chinos ha generado controversia y preocupación en el país centroamericano, avivando los temores de una posible sucesión dinástica.
Laureano Ortega asumió el papel protagónico en el acto de entrega de los vehículos provenientes de China, lo que ha llevado a la oposición a interpretarlo como una “exhibición” de un proyecto dinástico en Nicaragua.
El exprecandidato presidencial y expreso político Juan Sebastián Chamorro expresó sus opiniones al respecto a través de sus redes sociales: “la exhibición del ‘chigüín’ (una forma peyorativa de referirse a un hijo joven) en este reciente evento de entrega de autobuses chinos no debería sorprender a nadie, hemos dicho durante varios años que esto es precisamente un proyecto dinástico”.
Chamorro también destacó que la ausencia de figuras de la vieja guardia en el evento refuerza la idea de una sucesión de poder.
Según Chamorro, Laureano Ortega estaría siguiendo los pasos de los Somoza, quienes gobernaron Nicaragua durante 47 años.
Opinión sobre la reciente exhibición del Chigüín como heredero dinástico. pic.twitter.com/yZhIO2hq3v
— Juan Sebastián Chamorro (@Jschamorrog) November 16, 2023
“Incluso la dinastía de Somoza nunca puso a sus esposas en cargos públicos con tanta influencia, lo cual, aunque sí sucedió, nunca se oficializó en ningún otro lugar del mundo. Por tanto, este mensaje debe ser una muestra clara para quienes aún dudan de que esto es un proyecto dinástico”, enfatizó Chamorro.
También cuestionó la capacidad de Laureano Ortega para ocupar cargos públicos, argumentando que carece de méritos, conocimientos y experiencia, y sugirió que su presencia se debe únicamente a ser hijo de su padre.
Perpetuarse en el poder
Por su parte, el también exprecandidato presidencial y expreso político, Félix Maradiaga señaló que el plan de la familia Ortega-Murillo es “perpetuarse”.
“Este proceso de consolidación dinástica incluso ha socavado las estructuras del Frente Sandinista, priorizando los intereses familiares sobre los del partido sandinista. Ya vimos, por ejemplo, cómo la familia Ortega incluso está persiguiendo a sus antiguos aliados”, escribió Maradiaga en redes sociales.
El plan de la dictadura dinástica de los Ortega-Murillo: vender a Nicaragua a cambio de proteger la dinastía se ven claramente en la designación Rosario Murillo, como vicepresidenta, codictadora, un paso inicial hacia la consolidación de un poder familiar.
Este movimiento…
— Félix Maradiaga (@maradiaga) November 16, 2023
Maradiaga argumentó que el camino de Ortega hacia una transición dinástica se divide en dos partes: primero, consolidar a su esposa como co-dictadora y luego preparar el terreno para su hijo, Laureano Ortega.
Laureano ocupa el cargo de asesor de inversiones en la dictadura de sus padres y principal enlace con la cooperación china y rusa.
De profesión economista y músico de ópera por afición, Laureano fue sancionado en 2019 por Estados Unidos por corrupción y lavado de dinero.
Sin embargo, mencionó que este último enfrenta obstáculos significativos, incluyendo la falta de apoyo dentro del sandinismo histórico y su desconexión con las bases del movimiento, que se evidencia en sus lujos y excentricidades.