Comando Sur de EEUU ubica a Nicaragua entre países que apoyan actividades malignas en Latinoamérica

La general Laura Richardson dijo que la dictadura de Daniel Ortega, al igual que Cuba y Venezuela, apoyan actividades malignas en la región.

Durante una presentación en el Atlantic Council, la General Laura J. Richardson, comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, alertó sobre el apoyo de Nicaragua, junto con Cuba y Venezuela, a actividades malignas en América Latina.

La alerta subraya la  creciente preocupación de Estados Unidos sobre la influencia desestabilizadora de estos regímenes en la región.

En el contexto de una América Latina turbulenta, donde las crisis humanitarias y las tensiones geopolíticas se intensifican, las declaraciones de Richardson resaltan la profundidad de los desafíos de seguridad en el Hemisferio Occidental, observó el analista político nicaragüense Félix Maradiaga.

“La situación en Nicaragua, bajo el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, se destaca como un punto crítico en un panorama regional ya de por sí complejo, marcado por la represión política, la violación de los derechos humanos y la erosión de las instituciones democráticas” dijo el dirigente político, ex preso de conciencia bajo la dictadura totalitaria de Nicaragua.

El régimen de Ortega-Murillo en Nicaragua ha sido objeto de amplias críticas internacionales y sanciones por parte de la comunidad internacional, debido a su historial de represión violenta contra la oposición política, la prensa independiente y las protestas ciudadanas.

Desde el estallido de las protestas en 2018, el gobierno ha intensificado su control autoritario, llevando al país a una crisis política y social que ha forzado a muchos, incluidos activistas como Maradiaga, a buscar refugio en el exilio.

La intervención de la General Richardson en el Atlantic Council no solo enfocó la atención en la amenaza que representa Nicaragua para la estabilidad regional, sino que también abordó otros temas críticos como la influencia de China en América Latina, la crisis en Haití, y la disputa territorial de Venezuela sobre la región del Esequibo de Guyana.

Su llamado a la acción destacó la necesidad de fortalecer las instituciones democráticas, fomentar la transparencia y la rendición de cuentas, y promover un enfoque pragmático y no ideológico de la democracia en la región.

El documento de estrategia presentado en la reunión, “Redefiniendo la Estrategia de Estados Unidos Hacia América Latina y el Caribe para Una Nueva Era”, a criterio de Maradiaga, subraya la importancia de apoyar reformas judiciales y combatir la corrupción para reforzar la resiliencia democrática en América Latina.

La posición de Estados Unidos, según se desprende de las palabras de Richardson, es clara: apoyo a las democracias y socios en la región, y una firme oposición a las acciones que socavan la estabilidad y el desarrollo democrático.

La alta funcionaria militar dijo que este evento subraya la importancia de la cooperación internacional y el diálogo estratégico para enfrentar los retos que plantean regímenes como el de Nicaragua.

La comunidad internacional, con Estados Unidos a la vanguardia, parece decidida a defender los principios democráticos y la seguridad regional frente a las amenazas autoritaria, opinó Maradiaga.

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