El régimen de Nicaragua insiste en el asilo concedido al expresidente panameño Ricardo Alberto Martinelli Berrocal, actualmente refugiado en la embajada nicaragüense en Panamá. Esta medida ha desatado tensiones diplomáticas entre Nicaragua y Panamá, con acusaciones cruzadas sobre el respeto a las Convenciones sobre Asilo.
En una declaración emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua, se hizo hincapié en el apego a la Convención sobre Asilo de 1928 y la Convención sobre Asilo Político de 1933, subrayando que el rechazo del salvoconducto por parte de Panamá constituye una violación a dichas convenciones.
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El comunicado nicaragüense destacó que, según el Derecho Internacional, el Estado que otorga el asilo tiene el derecho de exigir que el asilado abandone el territorio nacional en el plazo más breve posible, así como garantizar su salida del país respetando su inviolabilidad. La dictadura de Nicaragua argumenta que el asilo político otorgado a Martinelli se basa en su condición de “perseguido por razones políticas” y por el riesgo inminente para su vida, integridad física y seguridad.
La Cancillería de Nicaragua reiteró su respeto al principio de No Injerencia en los Asuntos Internos de otros Estados, señalando que el otorgamiento del asilo a Martinelli es un “acto humanitario” en consonancia con el Derecho Internacional.
Por su parte, Panamá ha denegado la solicitud de salvoconducto para que Martinelli abandone el país, argumentando también en base a las Convenciones sobre Asilo de 1928 y 1933. La Cancillería panameña ha convocado a la embajadora de Nicaragua en Panamá, reiterando la necesidad de que la misión diplomática respete las funciones que le corresponden y advirtiendo sobre posibles consecuencias diplomáticas si Martinelli interfiere en los asuntos internos de Panamá desde la embajada nicaragüense.
Mientras tanto, Martinelli ha continuado su estadía en la embajada de Nicaragua en Panamá, expresando su agradecimiento por el asilo a través de publicaciones en redes sociales. En una reciente publicación en Instagram, Martinelli celebró un “nuevo día” desde la embajada, disfrutando de café nicaragüense y expresando sus deseos de bienestar para Panamá y su gente.
El expresidente también compartió un video junto a su perro Bruno, resaltando la atmósfera de la embajada con un mapa de Nicaragua al fondo.