Estados Unidos reiteró su llamado a la liberación inmediata del obispo Rolando Álvarez, el prisionero político más emblemático de la dictadura de Nicaragua, un religioso muy crítico del régimen y a quien mantienen en prisión desde agosto de 2022.
De nuevo, el subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, utilizó las redes sociales para exigir que liberen a monseñor Álvarez.
“Nuevamente llamamos al gobierno de Nicaragua a liberar de forma inmediata e incondicional al obispo Rolando Álvarez y a otros líderes religiosos que siguen detenidos injustamente”, escribió el funcionario estadounidense.
Nuevamente llamamos al gobierno de Nicaragua a liberar de forma inmediata e incondicional al Obispo Rolando Álvarez y a otros líderes religiosos que siguen detenidos injustamente. #500DíasDetenido
Declaración del @StateDept ➡️ https://t.co/IKCO2KjU4U
— Brian A. Nichols (@WHAAsstSecty) January 3, 2024
En la víspera, lanzó un mensaje similar, al que la dictadura respondió horas después mostrando fotos de un delgado monseñor Álvarez mientras es atendido por un médico en su celda bajo la supervisión de dos altos jefes policiales uniformados.
La divulgación de las imágenes por parte del régimen fue mal vista por la oposición y el obispo auxiliar de Managua, el exiliado Silvio Báez, calificó la acción de show mediático.
Pero Álvarez no es el único religioso encarcelado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. En la última semana, al menos 12 más fueron retenidos y de algunos se desconoce su paradero. Entre ellos se encuentra otro obispo, Isidoro Mora.
La arremetida de la dictadura contra la Iglesia Católica, además de las detenciones consideradas ilegales por los opositores, el Papa y el gobierno estadounidense, les ha llevado a la confiscación de cuentas bancarias e incluso a prohibir procesiones religiosas.
Monseñor Álvarez, quien durante 2023 rechazó en 2 ocasiones ser liberado porque eso implicaría su destierro, está condenado a 26 años de prisión por cargos que la mayoría considera sin fundamento.
Durante meses, noticias sobre su estado de salud han sido nulas y fue hasta que Estados Unidos comenzó a presionar con su liberación que el régimen respondió insistiendo en que el religioso se encuentra bien.