La presencia de China en Nicaragua y Centroamérica solo ha traído “cuentos chinos”, dice economista

Enrique Sáenz advierte del escaso beneficio de los negocios de Nicaragua y otros países centroamericanos con la República Popular China.

China se ha aliado a dictaduras como las de Nicaragua, donde las élites son los mayores beneficiarios de la relación.

La presencia de la República Popular China en Nicaragua y Centroamérica solo ha traído “cuentos chinos” y pocos beneficios para los países de la región que rompieron con Taiwán, aseguró el viernes el reconocido economista nicaragüense Enrique Sáenz.

Sáenz estimó que en el caso de Nicaragua, las relaciones de la dictadura Ortega-Murillo con China “no van hacia ningún lugar, porque los asiáticos, no tendrían mayor interés en Nicaragua porque no les genera ningún beneficio en términos comerciales y económicos” y advirtió sobre los proyectos fantasiosos que anunció recientemente la dictadura Ortega-Murillo con el gigante asiático.

En el caso nicaragüense, Sáenz sostiene que los cuentos chinos en Nicaragua son solo eso “cuentos”. Para el economista, el asunto de los megaproyectos chinos, no es un asunto nuevo, no es un eje discursivo reciente, sino que es de vieja data con Ortega, porque en principio, y hace una mención de proyectos fallidos que han sido solo “cuentos chinos”.

“La sociedad no se los cree, porque son cuentos viejos solapados con los que la dictadura de Daniel Ortega se cobija, porque nunca se han concretado”.

Según Sáenz, exiliado en Costa Rica y despojado de su nacionalidad por la dictadura nicaragüense, Ortega en los últimos meses ha estado hablando de una serie de proyectos con China, pero no ofrece datos de cómo se van a realizar o desarrollar esos proyectos, bajo que modalidad, si a través de donaciones o si le tocará pagar a los nicaragüenses, porque a consideración del economista.

“Ortega pretende rememorar los tiempos de los regalos. Esos tiempos ya se acabaron”, porque según Sáenz, Nicaragua no tiene condiciones económicas para asumir los costos de la gran cantidad de proyectos que está prometiendo la dictadura como el mencionado tren que conectará parte del pacífico, el nuevo aeropuerto que han mencionado, el puerto de aguas profundas en el Caribe y el mismísimo Canal Interoceánico. 

El economista Enrique Sáenz (derecha) durante la entrevista con el periodista Luis Galeano.

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Según Sáenz, lo mismo ha sucedido con el resto de los países centroamericanos que rompieron con Taiwán y se fueron con China.

“Mira a países con economías más fuertes como la de Costa Rica y El Salvador, que se han quedado solo con las promesas de proyectos a desarrollarse con China, a pesar que estos sí pueden ofrecerle algo a China, porque tienen una economía bastante sólida”, advirtió.

“Si ni Costa Rica ni El Salvador que son economías más competitivas que la de Nicaragua (no) han logrado beneficio en ese comercio, menos que una economía como la de Nicaragua, porque esto no obedece en el caso de las relaciones comerciales a lo de otros tiempos, a voluntades políticas, sino que a realidades”, dice Sáenz.

Sáenz, parte haciendo un contexto de la presencia de China en Centroamérica desde que algunas naciones rompieron relaciones con Taiwán, pensando que eso les iba a generar grandes beneficios y ha sido todo lo contrario, y solo han sido “cuentos chinos”.

“Hay que ver al vecindario, la señora presidenta de Honduras fue a China y fue recibida con alfombra roja y con parada militar, y regresó con una serie de anuncios de este mismo tipo. Bukele también visitó China, fue recibido igual con alfombra roja y con parada militar y regresó igual, con un saco de promesas”, dijo Sáenz durante una entrevista en el programa Café con Voz del periodista Luis Galeano.

“China no va a regalar nada”, porque a consideración de Sáenz, “esos tiempos de regalos ya se acabaron”.

Xiomara Castro en China junto a Xi Jingping. Vino cargada de convenios firmados, nada concreto en cooperación.

El economista explicó que “si vemos a Costa Rica, que fue el primer país en romper con Taiwán, el primer país centroamericano y establecer relaciones con China, tiene un acuerdo de libre comercio desde hace más de diez años; tienen un estadio de fútbol que construyeron los chinos igual que el que Taiwán construyó de béisbol en Managua, el Estadio Denis Martínez. Y lo que hay es un déficit comercial, con la economía más competitiva de Costa Rica”.

El entrevistado, recuerda que El Salvador ahora mismo tiene un déficit comercial que “es realmente monstruoso y se ha ido aumentando año con año”, a pesar de las grandes expectativas que se idearon con el establecimiento de relaciones diplomáticas con China, lo cual, ha sido solo un fiasco sin la obtención de beneficios, porque el gigante asiático, no te va a dar nada sin obtener algo a cambio, y en el caso de los préstamos, los ofrece a largo plazo porque es como le saca el beneficio y ahoga a los deudores, según el análisis del economista.

 Mientras que recuerda que, hasta ahora, la única inversión en el caso de Costa Rica luego de un decenio de relaciones, ha sido la inversión de una carretera hacia Puerto Limón, hacia el Caribe, “que lleva exactamente 6 años y no se ha concluido. Y las inversiones de China, son simplemente irrisorias, dan risa el volumen de las inversiones”, cuestionó.

El dictador Daniel Ortega le otorgó la concesión del Canal de Nicaragua al especulador chino, Wang Jing, por 100 años.

La concesión del Canal

Sáenz recordó la concesión otorgada por la dictadura Ortega-Murillo para la construcción de un canal interoceánico en Nicaragua, que aunque no se ha concretado, sigue vigente.

“No nos enredemos, a eso sí no lo podemos perder de vista, porque esa concesión (del Canal) está vigente y un especulador como Wang Jing, puede haber hecho cualquier cosa con esa concesión”, advirtió.

“El mismo texto de la ley dice que el concesionario, este es Wang Jing, puede hacer lo que se le antoje, donar, ceder, permutar, dividir con esta concesión que está viva, que tiene rango, si es que sirve para algo, porque la constitución está hecha polvo, pero bueno, Ortega en su momento lo elevó a rango constitucional y no podemos olvidarlo que Ortega es el mayor vende patria de la historia de Nicaragua que tiene hipotecado al país ni sabemos ya con quien, por 100 años”, subrayó Sáenz.

El economista  advierte que, “Ortega es capaz de todo. Después de la concesión canalera, en su afán de permanecer en el poder. Pero los chinos están caracterizados por eso, que es parte de la mentalidad de los chinos, solo operan desde una perspectiva de largo plazo”. 

Ortega lo que busca es que todas las promesas de proyectos que pretende realizar con China, se queden como regalos, y el último regalo que recibió según Sáenz, fue la gran cantidad de petrodólares que le dio el fallecido Hugo Chávez a la dictadura nicaragüense. Pero como eso se acabó, ahora es a los nicaragüenses a los que les “toca pagar a Venezuela”.

Los proyectos de vivienda que supuestamente donaba China tuvieron que ser pagados por el gobierno de Nicaragua.

Donaciones fantasmas

Otra de las acciones que la dictadura nicaragüense ha estado hablando en los últimos meses es sobre la construcción de obras sociales entorno a la construcción de viviendas, como el proyecto de casa Victorias, con la que habían anunciado que “los chinos iban a financiar con 60 millones de dólares”, pero ese dinero nunca fue reportado y no aparece esa cantidad de dinero por ningún lado. 

“Más bien los (60 millones de dólares) pusieron en el presupuesto y les va caer a un crédito del BCIE más a los impuestos de los nicaragüenses. De eso estamos hablando, es las cajitas de fósforos bonitas, bien pintaditas (casas pequeñas). Un cuento chino hasta ahora”, señaló.

China anunció que donaría 60 millones de dólares para ese proyecto de viviendas que no aparecen reflejados  en el presupuesto del 2024.

“Los benditos 60 millones de dólares no aparecen. Aparece el proyecto, pero financiado por el BCIE, un crédito que de todas maneras vamos a pagar los nicaragüenses y con el presupuesto, con los ingresos ordinarios del presupuesto que viene de los impuestos que pagan los nicaragüenses”, reflexionó Sáenz.

 

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