El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, ha intensificado la tensión con el Presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias, tras las recientes declaraciones realizadas en una conferencia de prensa posterior al Consejo de Gobierno.
En un giro inesperado, el diputado del Partido Liberación Nacional (PLN), Rodrigo Arias, reveló en el programa radial “Malas Compañías” de Teletica Radio, que en 2023, Chaves le solicitó no ampliar el plazo de la comisión legislativa que investigaba el financiamiento de los partidos políticos en la campaña electoral, a cambio de los votos de la fracción oficialista para su reelección como Presidente de la Asamblea Legislativa.
Según Arias, la petición de Chaves se produjo durante la Semana Santa de 2023, periodo en el que los diputados estaban en receso.
“En la primera reelección yo tuve un momento muy duro con el presidente porque él quería que yo dejara vencer una comisión y yo le dije que no podía hacer eso”, explicó Arias, calificando el episodio como un “momento muy duro”.
Añadió que negarse a la solicitud significaba incumplir con sus funciones legislativas, lo que causó fricciones con la Casa Presidencial.
Tras estas revelaciones, el presidente Chaves rechazó las afirmaciones de Arias, señalando que la conversación fue privada y que los términos expuestos no correspondían a la realidad.
Chaves también sugirió que Arias podría tener aspiraciones presidenciales, lo cual contribuye a las tensiones políticas.
En respuesta a las declaraciones de Chaves, el equipo de prensa de Rodrigo Arias informó que el legislador ofrecerá una conferencia de prensa este viernes para abordar el tema y aclarar su posición.
Arias también recordó una reunión en abril de 2022, antes de que Chaves asumiera la presidencia.
En dicho encuentro, que contó con la presencia de la diputada Pilar Cisneros y la actual ministra de la Presidencia, Natalia Díaz, Chaves le solicitó un encuentro que Arias esperaba fuera sobre la situación del país, pero se sorprendió por el pedido específico del mandatario.
La polémica ha generado un ambiente tenso en la política costarricense, subrayando la complejidad de las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, y el delicado balance de poder en la Asamblea Legislativa.