Obispo nicaragüense exiliado dice que los dictadores no son invencibles

En clara alusión al régimen de Nicaragua, monseñor Silvio Báez dijo en Miami que no sde debe aceptar la voluntad de un tirano.

El obispo auxiliar de Managua y exiliado en Estados Unidos, Silvio José Báez, dijo que ningún poder político puede pretender “ser Dios y Señor del ser humano”, en clara referencia a la dictadura de su país.

“Los cristianos debemos vivir como ciudadanos honestos y responsables, cumpliendo con los deberes sociales y políticos, pagando los impuestos y colaborando al bien común de la sociedad. Sin embargo, cuando un régimen destruye el estado de derecho, se coloca por encima de la ley, atropella los derechos humanos, manipula la justicia y reprime con violencia, no podemos quedarnos pasivos y resignados” e invitó a no aceptar el actuar de abusadores.

Dijo que la célebre frase bíblica de “al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”, ha sido mal interpretada históricamente para separar la religión de la política.

“Esta frase (…) es usada con frecuencia para establecer una total separación entre lo político y lo religioso. Muchos la usan para descalificar cualquier interpelación o crítica que se hace desde la fe a la política y para deslegitimar la voz de la Iglesia en cuestiones sociales”, aseguró durante su homilía.

Agregó que Dios y las figuras de autoridad como el César no se encuentran al mismo nivel, y que por consiguiente se deben de corregir.

“Jesús no quiere decir que, por un lado, la política se ocupa de la organización social, la justicia, la economía, las políticas fiscales y las decisiones públicas y, por otro lado, la religión debe dedicarse exclusivamente a la vida íntima de las personas, al culto y a la relación individual de cada uno con Dios. Dios y el César no se reparten entre sí la obediencia y la sumisión de los seres humanos”, aseguró en su mensaje en la Iglesia Católica Santa Ágatha, en Miami.

El obispo Báez dijo que “den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” es una frase de Jesús que ha sido mal interpretada y usada con frecuencia para establecer una total separación entre lo político y lo religioso. Estimó que muchos la usan para descalificar cualquier interpelación o crítica que se hace desde la fe a la política y para deslegitimar la voz de la Iglesia en cuestiones sociales.

“Ningún poder político, ningún “César” de este mundo, puede pretender ser Dios y Señor del ser humano. Ningún César de este mundo, ni los faraones del pasado, ni los dictadores de hoy, pueden exigir lo que solo pertenece a Dios. No podemos tolerar que nadie se haga dueño de nuestras conciencias ni nos arrebate nuestra libertad. Nadie puede imponerles a los pueblos en modo despótico su voluntad, ni someterlos con violencia para perpetuarse en el poder, gozar de privilegios absurdos y enriquecerse sin medida”, dijo el obispo.

Agregó que “no aceptemos como ley la voluntad de un tirano, no nos resignemos a ver como normal la cárcel o el destierro que los dictadores imponen a quien piensa, habla y actúa con libertad, no dejemos que el miedo nos haga pensar que los dictadores endiosados son invencibles”.

Exit mobile version