ONU exige información sobre paradero del obispo Isidoro Mora secuestrado por dictadura en Nicaragua

El Alto Comisionado de Derechos Humanos pidió que el régimen de Daniel Ortega diga dónde tiene al obispo secuestrado.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) lanzó un urgente llamado al gobierno nicaragüense, presidido por Daniel Ortega, para que revele el paradero del obispo de la Diócesis de Siuna, Isidoro del Carmen Mora. 

El prelado, secuestrado por la Policía del régimen desde el 20 de diciembre de 2023, ha sido declarado en “desaparición forzada” ante la falta de información sobre su ubicación y los cargos que justifican su detención.

Este incidente no es aislado, sino parte de una creciente ola de agresión del estado contra la Iglesia católica en Nicaragua. 

Desde el arresto de Mora, ya suman 17 religiosos detenidos, incluyendo a monseñor Rolando Álvarez, sentenciado a 26 años de prisión por supuesta traición a la patria. 

La detención de Mora ocurrió tras una homilía en la que expresó su apoyo a Álvarez y a la Diócesis de Matagalpa.

La OACNUDH, a través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), ha instado al régimen de Nicaragua a proporcionar información inmediata sobre Mora, subrayando que ocultar su paradero y aislarlo de su familia y representantes legales constituye un grave riesgo para su vida e integridad.

El caso de Mora resalta la creciente preocupación internacional sobre la situación de libertad religiosa en Nicaragua. Estados Unidos ha incluido nuevamente al país en su lista negra de violadores de la libertad religiosa por graves violaciones en esta materia. 

Además del obispo Mora, el régimen de Ortega mantiene detenidos a 13 sacerdotes y tres seminaristas, quienes recientemente fueron trasladados al penal de alta seguridad “Jorge Navarro”, conocido como La Modelo.

La lista de religiosos detenidos incluye figuras destacadas como Carlos Avilés, vicario General de la Arquidiócesis de Managua, y monseñor Marcos Díaz Prado, entre otros. 

La vice dictadora Rosario Murillo, vocera de la dictadura sandinista, justificó diciendo que si estaban detenidos “por algo será”.

La comunidad internacional sigue atenta a estos desarrollos, mientras aumenta la represión del régimen de Ortega contra los derechos humanos y la libertad religiosa en el país.

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