Paraíso del narcotráfico: la brutal descripción que hace The New York Times de Costa Rica

Impactante reportaje resuena en principales medios de comunicación costarricenses y provoca impacto en redes sociales.

Un cargamento de drogas decomisada en Costa Rica.

Un reciente reportaje publicado por el periódico estadounidense The New York Times ha revelado cómo los parques nacionales de Costa Rica, reconocidos mundialmente por su biodiversidad y belleza, se han convertido en refugio para los cárteles de la droga que operan en la región.

Las declaraciones de guardas forestales, autoridades y expertos, citadas por el medio, han generado un debate público en Costa Rica, amplificado por la cobertura de los principales medios locales y su impacto en las redes sociales.

Christian Puchi, guarda forestal de 49 años y con más de dos décadas de experiencia, explicó al Times cómo su labor ha cambiado drásticamente.

“Antes nos enfocábamos en la conservación, en encontrar huellas de jaguar o nidos de tortuga, pero ahora las zonas protegidas se han convertido en almacenes de droga”, comentó.

Puchi, al igual que otros guardabosques, enfrenta desafíos crecientes debido a la presencia de narcotraficantes, quienes utilizan estos territorios como puntos estratégicos para almacenar y transportar cocaína hacia mercados internacionales.

Según el reportaje, Costa Rica superó a México en 2020 como el principal punto de transbordo de cocaína hacia Estados Unidos y Europa, aunque México recuperó el primer puesto en 2023. Esta actividad ha traído consigo una ola de violencia sin precedentes.

Los homicidios en Costa Rica aumentaron un 53% entre 2020 y 2023, conforme a datos del gobierno, reflejando la escalada de tensión en el país. Solo en 2023 hubo 907 asesinatos, una cifra nunca antes imaginada.

En las palabras de Mario Zamora Cordero, ministro de Seguridad Pública de Costa Rica, recogidas en el artículo: “Estamos presenciando una mexicanización de la violencia, con asesinatos indiscriminados para sembrar terror y pánico”.

Este fenómeno, conocido por sus sangrientos enfrentamientos entre bandas rivales, ya se ha extendido a áreas urbanas y rurales y el medio describe escenas de personas acribilladas a cualquier hora del día en las ciudades y hallazgos de cuerpos desmembrados en bolsas y fosas comunes.

Un operativo antidrogas en Costa Rica.

El puerto de Moín, en Limón, es otro epicentro de la actividad delictiva. El artículo del Times detalla cómo los cárteles mexicanos y colombianos usan las exportaciones de piña y plátano para camuflar el envío de grandes cantidades de cocaína.

Limón, que ahora registra los índices de violencia más altos del país, es clave para el tráfico de drogas, ya que conecta Costa Rica con mercados internacionales.

Las cifras aportadas por el Times son contundentes: en 2023, Costa Rica incautó apenas 21 toneladas de cocaína, pero se estima que cientos de toneladas más atraviesan el país sin ser detectadas.

Además, el país ha comenzado a enfrentarse a la entrada de fentanilo, lo que agrava aún más la crisis de narcotráfico. En noviembre, la policía costarricense desmanteló el primer laboratorio de fentanilo en colaboración con autoridades estadounidenses en el país centroamericano.

La respuesta del gobierno, según Zamora, ha sido insuficiente hasta ahora. Aunque se aprobó un aumento presupuestario del 12% para la policía en 2024, la falta de recursos sigue siendo evidente.

Un cargamento de cocaína incautado por las fuerzas de seguridad costarricenses.

Costa Rica, que no cuenta con un ejército, depende de sus 15.000 policías para una población de 5,2 millones de habitantes. Comparativamente, Panamá, con una población menor, tiene 29.000 efectivos.

Franz Tattenbach, ministro de Medio Ambiente y Energía, declaró al Times que la colaboración entre guardas forestales y la policía ha sido una medida necesaria ante la creciente amenaza.

“La amenaza ha cambiado y tenemos que adaptarnos”, afirmó Tattenbach, en referencia a los nuevos operativos conjuntos que buscan enfrentar a los cárteles en zonas protegidas.

Según el reportaje de The New York Times, los principales cárteles internacionales que operan en Costa Rica son el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, ambos de origen mexicano, que compiten por el suministro de drogas del Clan del Golfo de Colombia, principal proveedor de la cocaína.

Estos grupos criminales han expandido su influencia en el país centroamericano, utilizando su territorio como una ruta clave para el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos y Europa, cita el periódico estadounidense.

Tal actividad ha posicionado a Costa Rica a la par de México en el tráfico de drogas, señalando el reportaje que incluso en 2020 Costa Rica superó a México como el principal punto de transbordo de cocaína hacia esos mercados internacionales.

Sin embargo, México recuperó el primer lugar en 2023, aunque Costa Rica sigue siendo un centro importante para el narcotráfico, debido a su ubicación estratégica y la permeabilidad de sus fronteras y puertos.

Esto ha llevado a que el tropical país centroamericano sea considerada un “puente” crucial en el tráfico de drogas, especialmente hacia Europa.

El reportaje del Times ha resonado en Costa Rica, donde el país enfrenta una crisis de violencia y corrupción sin precedentes.

El tema fue portada de La Nación, El diario Costa Rica Hoy y decenas de periódicos más, así como noticia central de las principales estaciones de radio y televisión en sus programas estelares del mediodía y vespertinos. 

Las redes sociales y los principales medios de comunicación también han recogido la información, generando un debate en torno a la capacidad del país para enfrentar la creciente influencia del narcotráfico y la violencia en sus territorios más vulnerables.

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